Día 8: Mi ingreso en el hospital Amrit Jaggi Memorial.

Después de un merecidísimo descanso, nos levantamos con calma y fuimos a desayunar en el hotel, del que por cierto, aún no os he hablado nada. Se trataba del Hotel Taj Resorts que elegimos por su cercanía al Taj Mahal y como punto especial de nuestro viaje, ya que dispone de piscina en la azotea y se perfilaba como la parte "top" de nuestro viaje.... nada más lejos de la realidad!

El desayuno del hotel era una pasada, y olía de maravilla. Había platos indios, un cocinero realizando tortillas al gusto... una gozada para el paladar de la que Diego dio buena cuenta, porque en mi caso, me tuve que limitar al yogur (que por cierto, estaba buenísimo), banana y té. 

Después del desayuno, cogimos un tuk tuk y fuimos al hospital que me había indicado el seguro (ya sabéis que nosotros siempre viajamos con IATI (como os indico en el apartado de informaciones útiles para viajar a India y Nepal) y la verdad es que la atención por su parte no puedo ser mejor.

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Cuando llegamos al hospital, el enfermero nos dijo que el doctor llegaría en 30 minutos, y en el tiempo exacto, llegó el Dr. R.K.Jaggi en su coche con su chófer.


 
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Dr. J. K. Jaggi - Un excelente profesional
Fuente: https://www.justdial.com/Agra/Amit-Jaggi-Memorial-Hospital-Near-Amar-Hotel-Vibhav-Nagar/0562P562STD26001_BZDET/photos
El despacho del doctor era increíble, tenía un enorme escritorio lleno de cajas de medicamentos amontonadas. Preguntó que quién era el paciente y me dijo que me sentara en una banqueta bajita a su lado, para que le explicara los síntomas que tenía. Me puso la mano bajo la barbilla y me miró a los ojos. "You are clearly dehidrated" me dijo (que estaba deshidratada, vaya). Me tomó la tensión, me dijo que me tumbara en una camilla y me auscultó la tripa y me comentó que tantos días con síntomas eran causados por una mala bacteria. Era necesario realizarme analítica de sangre y heces y ponerme suero... así que, por primera vez en mis 36 años de vida, fue necesario ingresarme en un hospital y nada más y nada menos que en la India.

Me tuvieron que poner una vía y fue un show. Entre mi pavor y angustia de la situación, me eché a llorar como una magdalena y fue imposible ponerla en la mano izquierda... así que no quedó más remedio que ir a la mano derecha... y yo sin poder dejar de llorar. Eso sí, el personal fue amable y cariñoso a más no poder, me trataron con suma delicadeza y los pobres se llevaron bronca del Dr Jaggi por no cogerme bien la vía en la mano izquierda.

Me trajeron "energy drink" que era como una naranjada y me dijeron que bebiera todo lo que pudiera.  Y también una bolsa llena de bananas y lo mismo, que comiese todas las posibles.

La habitación parecía una cárcel, con mobiliario de hierro y oxidado y sábanas de rayas de colores. Sólo había un ventanuco, que estaba en el baño. Estuvimos ahí metidos todo el día... 6 horas en las que me pusieron 3 botellas de suero y una de lactosa o algo así. También tuvieron que llevarse muestras de mi orina y heces... que venía un pobre empleado a llevarse...

Los enfermeros me tomaron la temperatura y la tensión varias veces me hicieron beber muuuuucha "energy drink". Además teníamos wi-fi (que funcionaba mejor que el del hotel) y tele, aunque no la utilizamos. Y la habitación era sólo para mí.

Diego se fue a comer a un restaurante que se llamaba Master Chef, que estaba al lado del hospital. Según me contó, el dueño había participado en el concurso de la India y tenía en la carta cosas interesantes, aunque finalmente comió pizza.  En ese intervalo, a mí me vino a ver un doctor muy majete, que estuvo hablando conmigo y me estuvo enseñando fotos de su móvil con su familia y otros pacientes internacionales que había tenido en el hospital.

La tarde pasó lenta, muy lenta... y cuando me pusieron la tercera botella en la vía, casi me da un parrus.... adiós Taj Mahal, la única razón por la que habíamos venido a Agra y por la cual el viaje había sido planeado por el norte de la India... ya se nos iba a hacer tarde como para ir a visitarlo, así que tocó planear nueva estrategia. En la web comprobamos que había entradas a la venta desde las 6 de la mañana. La solución podía ser ir bien temprano, a primera hora, antes de ir al aeropuerto, así veríamos amanecer en el templo. Una paliza, pero por lo menos nos permitiría visitarlo.

La última botella de suero se me hizo interminable. Eso no bajaba nada!! Y ya estaba hasta las narices de "energy drink", bananas y de estar ahí metida. De repente, cuando llevaba algo más de media botella, vinieron a liberarme! Recogimos todo y bajamos a consulta. Mientras esperábamos, llegó una moto con cuatro personas... y una de ellas una señora que estaba la pobre fatal, no podía ni moverse.

Cuando entramos en la consulta, el doctor me explicó la medicación a seguir. Me había dividido las pastillas en paquetitos, por días y cuando me explicó la posología fue un poco chocante. En total tenía que tomar 8 pastillas diarias, 3 en la cena y desayuno y 2 en la comida, para saber cuáles son, tenía que colocar las pastillas cuyos envoltorios eran iguales en fila, de esta manera me quedan dos filas de 3 pastillas y una de dos, y de esa manera sabía cuáles eran para cada momento del día.

Tengo que agradecer enormemente el trato recibido en el hospital y el tratamiento recibido, fue largo, pero efectivo, pues me recuperé totalmente!!

Para volver al hotel cogimos de nuevo un tuk tuk, que se perdió y nos dio un "bonito" paseo por Agra. Por lo que vimos, no nos habíamos perdido mucho de visitar, mucha contaminación, vacas, gente y suciedad y poco más.

Una vez en el hotel, decidimos acercarnos al Taj Mahal, para tener claro cómo llegar al día siguiente para hacer nuestra visita. Nuestro hotel, en ese sentido, estaba muy bien situado con respecto de la Eastern Gate, que es la entrada desde la cual se accede al recinto de una manera "más espectacular".

Fuente: Google Maps

Se supone que hay una zona de exclusión en la que no pueden entrar vehículos a motor, para proteger al monumento de la contaminación... pues vehículos pasando delante de la policía sin problemas! Y hordas de gente por doquier, vendedores de souvenirs... el kit completo. Después fuimos a buscar un cajero para sacar dinero, pero no reconocía la tarjeta de Diego... bueno, en verdad sí la reconocía, pero cancelaba la operación, así que no pudimos sacar nada.

Esta vez cenamos de nuevo en el hotel, pero en el restaurante de arriba, con música en directo. La terraza del hotel es súper chula, Diego cenó un pollo tandoori que calificó como el mejor del viaje y yo un grilled chicken. El camarero nos pidió que le diésemos review en Tripadvisor y le neceásemos en el comentario... increíble!! 

Después nos fuimos a la habitación y, mientras ponía al día el diario de viaje recibí un SMS que nos hizo muy felices. Nuestro vuelo a Jaipur era retrasado!! Nunca un retraso de avión nos había dado tanta alegría!! Eso significaba no madrugar, desayuno y visita al Taj Mahal con calma y relajados! Yupi!!!!

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(C) 2019 Cristina Díaz del Campo 

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