Amanecí mal, con el cuerpo hecho polvo...Pero después del desayuno me sentí mucho mejor. Tomé café soluble para espabilarme y en un principio, pareció hacer efecto.
El plan del día era visitar Bhaktapur, que según habíamos leído, poseía una Durbar Square espectacular. Si teníamos tiempo, nos acercaríamos a Patan, la otra antigua capital que también posee Durbar Square. Antes de salir, tocó cambio de máscarilla.. Tuvimos que aprovechar las que llevamos al máximo, ya que no nos esperábamos encontrar contaminación alta en Nepal, sino, habríamos llevado cargamento extra!
Además, para más inri, me fue dando toooooodo el rato el sol en el lado del coche que iba sentada. el calor, agobio, la mascarilla... pasé un viajecito a Bhaktapur que no dije que pararan el coche para salir a vomitar de milagro.
El taxista nos dejó justo en la entrada de la Durbar Square de Bhaktapur. Hay un parking a mano izquierda de las taquillas y nos dijo que nos esperaría allí hasta que terminásemos nuestra visita, Acordamos 3 horas, en las cuales da perfectamente tiempo a recorrer todo y callejear por el centro de Bhaktapur.
Cuando entramos en el recinto de la Durbar Square nos volvimos a encontrar de nuevo con los efectos de los seísmos de 2105. Muchos templos aún sin restaurar o apuntalados, pagodas desaparecidas... una pena! Porque realmente todo lo que pudimos visitar era impresionante de bonito, así que seguro que en pleno esplendor debía ser una pasada.
El acceso a la Durbar Square de Bhaktapur nos costó 1500 rupias nepalís (algo menos de 10 euros) y nos dieron una preciosa entrada impresa en papel de arroz. Este papel es muy utilizado en Nepal para elaborar calendarios, lámparas, libros de anotaciones... es chulísimo!!
Ya en la entrada encontramos estas tallas magníficas:
Pasamos por la zona de puestos de alimentación y me llamaron mucho la atención los pescados que tenían expuestos para la venta. Y fijaos el tamaño de los peces! que claro, me imagino que serían traídos de algún río, a Nepal le queda bien lejos el mar.
Fuimos caminando hacia la parte de la estación de autobuses, ya que Diego había localizado en el mapa offline un lago que parecía bastante grande. Cuando llegamos allí, el lago no era nada del otro mundo. Nos sentamos a reposar y después volvimos ahacia Durbar Square, esta vez atajando por otras callejuelas por las que no habíamos pasado antes
Salimos en busca de un taxi y enseguida encontramos a uno dispuesto a llevarnos. En ese sentido, encontrar transporte en Nepal es súper fácil!. Acordamos con él que nos llevara hasta Bhaktapur y que nos esperara hasta después de la visita. El hombre fue súper amable, nos explicó el truquillo de identificación de los taxis en Nepal (que os explico en el post de información útil). El hombre además, se defendía muy bien en inglés y nos dio conversación en los trayectos. Nos explicó que el taxi era el sustento de él y su familia, ya que tras los terremotos, lo habían perdido todo.
El viaje hasta Bhaktapur no es largo en distancia, pero el terrible tráfico que rodea Kathmandu hizo interminable que saliéramos de la capital.
Fuente: Google Maps |
El taxista nos dejó justo en la entrada de la Durbar Square de Bhaktapur. Hay un parking a mano izquierda de las taquillas y nos dijo que nos esperaría allí hasta que terminásemos nuestra visita, Acordamos 3 horas, en las cuales da perfectamente tiempo a recorrer todo y callejear por el centro de Bhaktapur.
Cuando entramos en el recinto de la Durbar Square nos volvimos a encontrar de nuevo con los efectos de los seísmos de 2105. Muchos templos aún sin restaurar o apuntalados, pagodas desaparecidas... una pena! Porque realmente todo lo que pudimos visitar era impresionante de bonito, así que seguro que en pleno esplendor debía ser una pasada.
El acceso a la Durbar Square de Bhaktapur nos costó 1500 rupias nepalís (algo menos de 10 euros) y nos dieron una preciosa entrada impresa en papel de arroz. Este papel es muy utilizado en Nepal para elaborar calendarios, lámparas, libros de anotaciones... es chulísimo!!
Se tratan de dos terribles personalidades de Shiva y Parvati, Bhairab (izda.) y Durga (dcha.). Durga se reconoce con facilidad por sus 18 brazos que portan diferentes armas.
Hemos continuado y nos hemos ido encontrando templos y edificios aún apuntalados tras el seísmo de 2015. en la entrada al Museo de Arte Nacional hay dos estatuas de Hanuman y Narashinga, el hombre- león reencarnación de Vishnu. No llegamos a entrar, porque yo me empecé a encontrar revuelta de nuevo, y preferimos continuar con nuestro paseo.
Proseguimos la visita y pasamos por la calle que conecta Durbar Square con otra plaza muy grande.
El principal templo de esta plaza, se encontraba en estas condiciones:
Y aquí os dejo una foto de su aspecto antes de los terremotos:
Fuente: evaneos.es |
Como veis, le falta la parte alta, originalmente tenía 5 plantas y era el más famoso de Bhaktapur y el más alto del valle... en su día sobrevivió al anterior terremoto, pero la estructura no pudo soportar el seísmo de 2015.
Aún así, en esta plaza había otros templos y esculturas relativamente bien conservados y con los que nos hicimos más fotos.
Diego me iba explicando los templos, pero no prestaba mucha atención. El malestar iba a más y llegó un punto en el que necesité ir al baño. Diego se pidió un café en una cafetería y yo me fui directa a los lavabos. Mis malos presentimientos se cumplieron, diarrea del viajero... No tenía ganas ni de tomar nada, aunque es importante beber mucha agua, para evitar deshidratación.
De todas maneras, continuamos la visita a Bhaktapur y salimos del recinto de la Durbar Square para visitar un poquito la ciudad y callejear. Al igual que en Kathmandu, caminar por la calle no es tarea fácil, ya que hay que ir sorteando puestos, motos, bicis, coches...
Pasamos por la zona de puestos de alimentación y me llamaron mucho la atención los pescados que tenían expuestos para la venta. Y fijaos el tamaño de los peces! que claro, me imagino que serían traídos de algún río, a Nepal le queda bien lejos el mar.
Fuimos caminando hacia la parte de la estación de autobuses, ya que Diego había localizado en el mapa offline un lago que parecía bastante grande. Cuando llegamos allí, el lago no era nada del otro mundo. Nos sentamos a reposar y después volvimos ahacia Durbar Square, esta vez atajando por otras callejuelas por las que no habíamos pasado antes
Vimos varios estanques en torno a los edificios y otros templos hindúes con fachadas y puertas bien bonitas.
Antes de ir hacia el parking donde habíamos quedado con el taxista, fuimos a uno de los locales llamados "hole in the wall", que son pequeños quiosquitos que además de otras cosas como bebidas, dulces, etc, venden el famoso yogur de Bhaktapur.
El yogur de Bhaktapur está elaborado con leche de búfala, azúcar y cardamomo y es fermentado en cuencos de arcilla, cuyos microporos ayudan a que tome ese aspecto y textura tan cremosos. Su nombre Ju Ju Dhau significa el "yogur rey"y es considerado el mejor de Asia. El precio es de 50 rupias nepalís, aproximadamente 30 céntimos de euro.
Después de tomar el delicioso yogur, fuimos al aparcamiento a buscar a nuestro conductor de taxi.
De nuevo, la vuelta a Kathmandu fue un infierno de atasco, incluso había vendedores y nuestro conductor aprovechó para comprarse una fregona!! Aunque según Diego, no era una fregona para limpiar el suelo, sino para limpiar el coche por fuera...
Cuando llegamos a la capital, la opción de irnos a Patan desapareció automáticamente. Necesité ir corriendo al baño del hotel porque tenía muchísimas ganas de vomitar... Y mi estancia en Nepal acabó ahí. Me encontraba tan mal, que no tuve ganas de ir a por el cuenco tibetano que quería para mí.
Bajamos a comer al lado del hotel (yo pollo a la plancha, otra cosas no podía comer, y patatas cocidas deliciosas). Volvimos a la habitación, me di una ducha y me metí en la cama... y ahí me quedé. Yo creo que tuve hasta fiebre. Diego bajó a la hora de cenar a por algo para mí, me trajo una crema de pollo y él se tuvo que ir a cenar solo...
Me puse en contacto con el seguro para que me viera un médico. Como nos volvíamos a India al día siguiente, les dije que prefería que la atención médica fuese en Agra.
La noche fue horrible, con fiebre, despertándome sudando y según Diego, yo delirando en sueños... Incluso a las 12.30 me desperté sobresaltada pensando que nos habíamos dormido! vamos, una noche estupenda para luego tenernos que levantar a las 5am para ir al aeropuerto
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(C) 2019 Cristina Díaz del Campo
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