Día 5: Día de templos del Valle - Pashupatinath, Bodhnath, Swayambhunath (Monkey Temple)

Por primera vez desde nuestra partida de Madrid, descansamos como reyes, tanto, que ni nos dimos cuenta del despertador! Tomamos el desayuno (para hoy había banana pancakes!) y nos preparamos para realizar nuestro tour de templos del Valle de Kathmandú.

Siguiendo las indicaciones que nos habían dado, dejamos Monkey Temple para el final del día con objeto de ver atardecer desde allí.

Comenzamos por Pashupatinath, que es el principal templo hinduísta de Nepal. Para llegar hasta allí, cogimos un taxi. Es muy probable que el taxista os diga que os espera para llevaros a otros templos, nosotros optamos por quedarnos cuanto tiempo quisimos y después continuar nosotros mismos la ruta hasta Bodhnath, la estupa más grande de Nepal.

Fuente: Google Maps
Como podéis ver en el mapa, la distancia no es muy grande, pero la cantidad de tráfico que hay en Kathmandu hace que los tiempos se demoren mucho más de lo que viene indicado.

El templo está edificado en las orillas del río Bagmati y en él se realizan cremaciones del mismo modo que las realizan en Varanasí, en India. Cuando se llega, hay un pequeño tramo que hay que hacer a pie hasta la entrada del templo. Hay que pagar una entrada y ya podremos acceder al recinto. Sólo los hindúes pueden acceder al templo (las fotos corresponden a la entrada), pero el resto del recinto sí se puede recorrer e incluso observar y tomar fotografías de las cremaciones.



Entramos al recinto y comenzamos a pasear por la zona donde se hacen las cremaciones. Vimos gente cantando, aunque no sabemos exactamente qué tipo de ritual era ese.


Llegamos a la orilla del río donde se colocan los cuerpos de los difuntos para ser incinerados, o también conocidos como ghats



En el recinto se  nos acercaron personas para ofrecerse como guías durante nuestra visita, nosotros preferimos observarlo por nuestra cuenta, aunque alguna cosa nos contaron, como por ejemplo que a los sadhus o las mujeres embarazadas no se les incinera y en el caso de éstas ultimas, el bebé es extraído del vientre de la madre primero.


En esta orilla es donde colocan a los difuntos, tras su preparación en las pilas funerarias, que se encontraban al otro lado del puente que cruza el río Bagmati.


En esta primera pila se observa el puente que cruza el Río Bagmati


Aquí abajo podéis observar las pilas donde colocaban a los difuntos para incinerarlos:


Cuando nosotros realizamos nuestra visita, coincidió que justamente estaban preparando los restos de un difunto para ser incinerado. El cuerpo se prepara en las pilas funerarias que hay en las orillas del río. Primero le han envuelto en una tela blanca y continuación le han cubierto de flores naranjas. 
A continuación, los familiares le han puesto sales de colores rojizos y después le han llevado a razona del crematorio donde las hogueras



Cerca de las pilas funerarias también estaban estas personas a las que les estaban rapando el pelo, no sabemos por qué, la verdad!


Nos han contado también que la cremación dura cuatro horas y los restos son arrojados al río sagrado... que como veis, estaba lleno de monos!


Nos pareció súper interesante presenciar el ritual, tan distinto de nuestras costumbres occidentales. Y de alguna manera nos quitamos la espinita de Benarés, aunque todo el mundo que ha ido a esa ciudad india, dice que merece enormemente la pena.

Continuamos nuestro recorrido subiendo por la escalinata que había al otro lado del río. En la parte más alta se encuentra otro templo, Goraknath, donde aún eran visibles los efectos devastadores del terremoto. la mayor parte del templo estaba en reconstrucción, aunque la torreta del centro, afortunadamente se encuentra en buen estado de conservación.



Buena parte del templo en reconstrucción
Torreta - Shikhara
Nuestro siguiente punto a visitar era Boudanath, la mayor estupa de Nepal. Este recorrido lo hicimos a pie, con ayuda del mapa offline que Diego se había descargado.

Fuente: Google Maps

Desde el templo de Gorakhnath decidimos ir andando, bajamos por un sendero hasta el río Bagmati, y pasamos ante otro templo hinduísta que, al igual que el de Pashupatinath, no admitía la visita de extranjeros.

El camino se me hizo bastante largo, he de ser sincera. Tuvimos que hacer una parada técnica para sacar dinero Aquí tengo que apuntar que en Nepal no tuvimos ningún problema para sacar dinero del cajero, cosa que en la India no fue así. El sistema de los cajeros es muy curioso, se introduce la tarjeta, la máquina lee el chip y a continuación se saca para operar con la información leía por el cajero. En India los cajeros operan igual, pero por alguna extraña razón, no conseguimos sacar efectivo de ningún cajero con ninguna de nuestras tarjetas.

Los alrededores de Bodhnath presentaban calles en muy mal estado, llenas de barro y sin asfaltar, aún estaban siendo rehabilitadas. En Bodhnath se encuentra una estupa enorme rodeada de templos y budistas y también tiendas y restaurantes con azoteas para comer contemplando el precioso paisaje. Por lo visto aquí hay muchos exiliados tibetanos, cuando el ejército chino invadió esta zona, muchos se vieron obligados a emigrar a otros países. 

La estupa de Bodhnath también sufrió los daños del terremoto, aquí en la foto

File:Boudhanath 2015-11-03 (CF2 2707).jpg
Christopher J. Fynn [CC BY-SA 4.0 (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/4.0)]

Pudo restaurarse "rápido" tras conseguir recaudar el dinero que hacía falta para reconstruirse. Y aquí veis el resultado:


De esta manera, Nepal recuperó uno de sus tesoros más valiosos!




Entrada a la estupa, hay que recorrerla siguiendo el sentido de las agujas del reloj
En el interior del recinto se encuentran los cilindros o ruedas de oraciones con el mantra tibetano Om mani padme hum


(que de hecho lo tenían en las tiendas sonando continuamente). 
En la cúpula de la torre se encuentra simbolizada el agua; en la espiral, el fuego; en la sombrilla, el aire y en la aguja, el éter.



Como veis, exploté todos los ángulos, porque la verdad es que el sitio es espectacular y esos ojos de Buda (que todo lo ven) resultan hipnóticos.


Aprovechamos que en la plaza había bastantes restaurantes y nos metimos en uno con azotea para comer (que es desde donde saqué la primera foto, y esta mía también:


No recuerdo el nombre del sitio donde comimos, pero sí de que, a parte de las vistas que eran espectaculares, el sitio no merecía la pena para nada, una de las peores comidas que hicimos en todo el viaje. Y haciendo memoria, tal vez el principio de mis males estomacales, porque recuerdo que tanto el asiento como la mesa las tuve que limpiar con una servilleta porque estaban hasta arriba de polvo y suciedad...

Después de comer nos dirigimos a nuestro último punto del día, la estupa de Swayambhunath (Monkey Temple)

Fuente: Google Maps

Para este desplazamiento sí que utilizamos un taxi, ya que la distancia desde Bodhnath era bastante grande. Tardamos bastante en llegar, y eso que nuestro conductor era un hombre de recursos y se metió por callejuelas atajando... pero hubo momentos en los que nos encontrábamos literalmente atascados. En una de nuestras paradas atascados, paramos justo delante de un restaurante nepalí y me quedé súper chocado con el menú... ¿qué animal es ese que aparece en la esquina inferior izquierda? ¿Ardilla? Tampoco me dio tiempo a preguntarle al conductor y siempre me quedará la intriga...


Por fin, tras un buen rato de coche, llegamos a Monkey Temple! Es conocida popularmente con este nombre por la cantidad de monos que hay pululando por los alrededores, y es que los hay a montones!! Este lugar, junto a Bodhnath, constituye el principal centro budista de Nepal.

Esta estupa está situada en una colina y para acceder hay que subir por una larga y empinada escalinata. A los lados de la escalinata hay imágenes de piedra de Buda  y los hijos de Shiva.


La escalinata no es que fuera excesivamente larga, pero los escalones, sobre todo al final, eran bastante empinados y altos, un poco cansados de subir.



Intenté grabar el tramo final, pero mi resultado fue un poco cutre jajaja!



Por lo menos así os hacéis a la idea de cómo es la escalinata. Antes de llegar al final hay que pagar 200 rupees por persona para acceder al recinto de la estupa, y la verdad es que merece la pena.


Las vistas de Kathmandú son espectaculares!! 






Como explico en el vídeo (que me temo, se mueve demasiado y no está muy bien enfocado, aún debo mejorar mucho con la réflex), todas las casitas de la capital parecía piececitas de Lego!!


Y la estupa, súper bonita!!! Además con una luz muy chula del atardecer.


En esta segunda foto se ven los rodillos budistas, en la parte de abajo, que hay que hacer girar siguiendo el sentido de las agujas del reloj. Aquí sí que completé la vuelta entera haciéndolos girar (¿otra posible razón por la que comenzaran mis males estomacales? ¿que no me lavara convenientemente las manos después de girar los rodillos? Porque la verdad es que después de completar la vuelta entera, se me quedaron las manos bastante sucias... y hasta que encontré un sitio para lavármelas, pasó bastante tiempo...!!)

Nos recorrimos la estupa entera y una vez más, fotografiamos todos los ángulos posibles,





El recinto nos resultó bastante interesante, sobre todos las vistas que se observan, aunque había bastante gente (que yo creo que habían tenido la misma idea que nosotros, ir al atardecer), pero lo que más nos llamó la atención eran las hordas de monos que campaban a sus anchas por todos los lados, y algunos con un  aspecto bastante asquerosete. De hecho, al salir del recinto nos cruzamos con una persecución de monos y perros callejeros que nos dejó a todos anonadados!

También hay tiendecitas para comprar artesanía y una exposición de piezas budistas.


Nos fuimos por el lado contrario al que subimos para contemplar la parte de atrás 


En la parte trasera hay otra estupa blanca más pequeña y una estatua en medio de una fuente dedicada a la paz. Había mucha gente arrojando unas monedas, no sabemos por qué...


Y otra perspectiva nueva del Valle y de Monkey Temple según nos íbamos alejando.


Volvimos hacia el hotel, atravesando Kathmandu dando un (largo) paseo. La verdad es que estábamos cansados, pero por la noche salimos a cenar... La que sería mi última cena, comida normal, última cerveza (Gorkha, que nos gustó bastante más que la Everest)... porque fue a partir del día siguiente cuando me empecé a encontrar mal del estómago. El sitio que elegimos no es que fuera una maravilla, también tengo mis dudas de que mi mal de estómago viniera por la cena, o la combinación de cena con los demás factores que comenté en este post. En cualquier caso, las "bacterias con turbante" (que fue como las bautizamos) empezaron a conquistar mi cuerpo y mi sistema digestivo!

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(C) 2019 Cristina Díaz del Campo 

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