LUCHANDO CONTRA EL JET LAG, PRIMER DÍA EN BEIJING



 Como ya conté en los preparativos, el vuelo Madrid - Beijing fue largo, muy largo!! 11 horas en las que nos dio tiempo a dormir, ver pelis y agonizar un poco, aunque la verdad es que de todos los viajes que hemos hecho largos en avión, ha sido uno de los mejores, avión cómodo y moderno, comida bastante buena, baños limpios... En fin, bastante bien, y lo mejor de todo es que era vuelo directo!! Después de las últimas experiencias con escalas, esto era una maravilla que no nos podíamos creer!!

De todas maneras, salir del aeropuerto fue largo y pesado. Tardamos unas dos horas en realizar los trámites de aduanas, recoger el equipaje y tomar un taxi. Esto se debe tener muy, muy en cuenta si se utiliza este aeropuerto como enlace con otro vuelo. Los trámites son largos, los funcionarios se toman su tiempo, las dimensiones del aeropuerto son muy, muy grandes, tuvimos que coger hasta un tren para desplazarnos entre terminales (y el trayecto en tren no era corto precisamente).

La historia es que cuando llegamos a la parte donde se cogen los taxis, los de la compañía privada nos abordaron diciendo que con las dimensiones de la maleta no cabían en un taxi de los convencionales (luego vimos que era mentira, que unos chavales que iban cerca nuestra en la cola con grandes maletas cogieron un taxi normal), pero yo estaba tan cansada y con ganas de salir de ahí, que picamos y cogimos el taxi caro. Luego la compañía pagó el karma, porque al meterse por los hutongs, el chino conductor se iba cagando en todo...

El caso es que cuando llegamos al hotel, nuestra habitación aún no estaba lista, así que nos dijeron que desayunáramos (mi estómago ya no sabía si eso era comida o cena o desayuno, jet lag de 6 horas pasando factura!!) y salimos a pasear por la zona de los lagos, que estaban cercanos al hotel.

Aquí estoy yo, con gafas y cara de morirme. Pero irse a la cama no valía, este día hay que resistirlo como sea para aclimatarse al horario local.



Por alrededor del lago había restaurantes y locales, que claro, estaban cerrados ya que estábamos de buena mañana!


Diego también luchaba contra el jet lag:



 La temperatura en Beijing era francamente buena, yo que me imaginaba que iba a hacer un frío de pelotas, tuve que quitarme la sudadera que llevaba además del abrigo.






Después del paseo, estábamos tan agotados que decidimos echar una mini siesta de dos horas, porque no podíamos más. A las 7 de la tarde nos levantamos para ir a comer algo y no nos complicamos la vida, fuimos a un restaurante de los que nos recomendaron en el hotel.

Nos tomamos unas cerves y entramos en uno de los bares de karaoke que había por cerca del lago. En estos sitios el precio de la bebida era muy caro! Pero bueno, por lo menos tuvimos la experiencia de ver una banda local cantando directo:


Ya vereis que la chica no tiene mucha marcha... pero bueno, la excusaremos porque en el bar estábamos nosotros y tres parejas más...



Después nos fuimos al hotel. Era sábado y todo estaba muy animado, pero nuestro cuerpo nos pedía dormir y descansar para ya aprovechar al día siguiente a tope. 

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(C) 2018 Cristina Díaz del Campo 





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