Día 1: Llegada a Sofia y paseo

Nuestro vuelo a Sofia no fue precisamente muy cómodo... nos tocó sentarnos en la parte trasera del avión y con el trasiego de gente yendo al baño y las azafatas para arriba y para abajo, ni una triste cabezadita pudimos echar.

A pesar de que como os expliqué en el post de preparativos se puede ir perfectamente en  metro desde el aeropuerto de Sofia al centro, nosotros cogimos un taxi, que tampoco nos resultó muy caro (unos 12 euros al cambio), eso sí, nos tocó una conductora seria, que no nos dirigió la palabra en todo el trayecto y que nos deleitó con el apestoso humo del cigarro que se iba fumando...

Nuestro hotel estaba muy bien situado, muy cerca del centro, así que dejamos nuestras cosas en la habitación del hotel y salimos a dar una vuelta.

Como podéis ver en el mapa, los principales puntos de interés de la ciudad están bastante concentrados. Sofia es una capital que puede visitarse perfectamente en una escapada de fin de semana, si bien es verdad que se puede aprovechar a conocer otros puntos del país, como hicimos nosotros.

http://www.orangesmile.com/guia-turistica/sofia.htm

Cuando salimos a dar nuestro paseo, nos encontramos con una ciudad un poco vacía. Era domingo por la tarde, con lo cual los comercios estaban cerrados.


Como  no habíamos comido, buscamos un sitio que estuviera abierto para picar algo y reservarnos para la cena. Encontramos un McDonalds por la zona de cerca de la Mezquita. No sé si fue por el cansancio o también porque era domingo y no había mucha gente por la calle, pero el ambiente nos pareció raro, con gente con no muy buenas pintas...

Fuimos a la zona donde se encuentra la Mezquita de Banya Bashi, construida en el siglo XVI, una de las más antiguas del continente europeo.


Aunque se puede visitar por dentro, no entramos. Tiene un aforo para unas 700 personas. En el Free Tour que recorrimos al día siguiente nos explicaron que este templo, junto a las cercanas Sinagoga y Catedral Católica, constituyen una especie de plaza de las tres religiones y hacen que Sofia sea especial en ese aspecto.

Volvimos al hotel para descansar un poco antes de salir a cenar.  El atardecer desde nuestra habitación estaba precioso!!


Por la noche fuimos a cenar a una cadena de restaurantes que hay en Sofia que nos gustó mucho. Se llama Happy y fuimos varias veces en nuestra estancia en la capital búlgara.

Entrantes de calabacín y perejil con salsa de yogur y ajo

Sí que es verdad que para degustar la cocina tradicional búlgara es mejor ir a una Mehana (taberna), pro este día estábamos bastante cansados del viaje y el descubrimiento de los restaurantes "Happy" nos vino fenomenal. Nos fuimos a la cama temprano para al día siguiente aprovecharlo a tope.



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(C) 2019 Cristina Díaz del Campo 

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