PATONG (II) - AÑO NUEVO

El día de Año Nuevo me levanté fenomenal y Diego bastante recuperado. Así que decidimos ir a pasar la mañana en la playa. ¡Qué lujazo! Año Nuevo en la playa!!!  No nos complicamos la vida y nos fuimos a Patong Beach. Habíamos visto que fuera de la ciudad hay playas chulas, como la de Kata, pero para ir hasta allí tendríamos que haber alquilado un scooter y teniendo la playa de Patong, que no está nada mal, por cierto, no nos quisimos complicar. Para acceder hasta ella fuimos por Bangla Road... también porque buscábamos un locutorio donde poder imprimir la reserva de la Thai Lion.... me explico. Aquí en Europa, cualquier aerolínea low cost te exige ir al aeropuerto con la tarjeta de embarque impresa si no lo haces, te toca pagar. Nosotros teníamos esa idea, que como fuéramos al aeropuerto sin la tarjeta de embarque impresa para volar con esta compañía, nos iba a pasar lo mismo y es que, hasta 24 hrs antes del vuelo, no te permitían hacer el check in online...

La historia es que no encontramos ningún locutorio y después tampoco hizo falta llevar impreso nada, porque en el propio aeropuerto de Phuket hicimos todas las gestiones que había que hacer .... igualito que con cualquier low cost europea!!

Por la mañana me sorprendió el nivel de eficiencia con la limpieza de las calles. No había apenas rastro de los kilos y kilos de de serpentinas de spray que había la noche anterior en la calle. Bangla Road seguía con locales abiertos (nunca cierra) y grupos de la resistencia seguían en las barras o tambaleándose por la calle. Me alegré de estar en el otro lado y caminar fresca como una lechuga hacia la playa!!

La mañana en la playa fue muy guay. Alquilamos unas colchonetas (es muy curioso, no son tumbonas, sino colchonetas a ras de arena con una sombrilla en medio) y estuvimos yendo y viniendo al agua, que estaba calentita, y tomando el sol.

Hubo un momento que fue súper gracioso. El caso es que había un tailandés vendiendo historias por la playa. Eran como unos cestos o algo así, con formas de pato. Llegó un grupo de indios, vestidos con traje. Y estuvieron mareando al vendedor ambulante un buen rato, debatiendo entre ellos en hindi. El caso es que el pobre vendedor les sacó no sé cuántos modelos y al final... no se llevaron ninguno!


También, mientras estaba tumbada en mi colchoneta, vino una perrita callejera, ciega de un ojo, y se excavó un hoyo a mi lado y ahí se quedó... no sé qué tengo con los animales, todos vienen a mí!!

Después de la mañana en la playa, fuimos a comer y después al antro-alojamiento a ducharnos. Por la tarde salimos de tiendas y estuvimos en el el Centro Comercial de los bajos de Patong Tower. Para Diego fue la triunfada, la Operación Camiseta de Tailandia pudo ser completada en ese mismo Centro Comercial sin complicaciones! Encontró la camiseta de la Selección de Tailandia, pero la auténtica y muy bien de precio! Aprovechamos para hacer algunas compritas y por la noche, cenamos en un restaurante al lado del mar y volvimos andando por la orilla. Nos sentamos en la arena un poco y ya a la vuelta al antro-alojamiento, dimos nuestro último recorrido nocturno por Bangla Road.



La verdad es que no creo que volviera a este sitio otra vez más. Nos pareció tan decadente... Da un poco de penita ver a las chicas subidas en las barras, bailando sin ganas, el puterío generalizado que hay por la calle... Es curioso de ver y supongo que, según sean tus intenciones de turismo, puede ser ideal o espantoso. Se me ocurrió hacer un vídeo mientras la recorríamos, y aunque no es lo mismo en vídeo que in situ, os podéis hacer una idea. Es una calle de perdición!!!


Después de nuestro día playero y de compras, nos fuimos al alojamiento. La verdad es que fui a dormir feliz de saber que era la última noche en esa habitación de mierda!!



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(C) 2018 Cristina Díaz del Campo 

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