Después de un buen descanso, amanecimos en Bangkok, dispuestos a realizar nuestras visitas de templos. El desayuno en el hotel estaba muy bien, aunque la actitud de algunos huéspedes era bastante lamentable, unas ansias por coger comida del buffet y unos platos con pirámides de comida... en fin, la educación muchas veces en estos sitios brilla por su ausencia.
Para realizar nuestras visitas fuimos a coger el autobús fluvial en el río Chrao Phraya. La parada estaba a un pequeño paseo del hotel, atravesando Soi Rambuttri en dirección al río.
El Río Chao Phraya funciona como canal de transporte y resulta súper conveniente para atravesar la ciudad de manera rápida y también para visitar las principales atracciones turísticas de Bangkok, en especial los templos. Eso sí, olvidaos de idea de paseíto idílico sentados viendo las orillas, los barcos van llenos hasta la bandera (parece que se van a hundir!!) y me acuerdo en uno que entró una ola, mojando de lleno a los que iban sentados en ese lado. El equipo de rescate era de risa, una especie de bloques cuadrados en los que en las instrucciones figuraba que, en caso de precisar su uso, el funcionamiento de los mismos era agarrarse a ellos como el que se agarra a un trozo de madera que flota!! De todas maneras... sin miedo!! tienen una gran pericia llevando los barcos y esquivando otras embarcaciones que van por el río (no os podéis imaginar qué tráfico tiene!!)
Nuestra primera parada era el Wat Arun, el Templo del Amanecer, un edificio que quizá hayáis visto en imágenes, iluminado por la noche.
Cuando llegamos a la parada del Wat Arun fue un chasco total.... la estupa principal estaba llena de andamios!!
A pesar de ello, pagamos la entrada y lo visitamos por completo por dentro.
Como podéis ver, la parte de superior de la estupa estaba con los andamios, por suerte las estufas aledañas más pequeñas estaban totalmente a la vista, así que intenté hacer fotos en las que se vieran los andamiajes lo menos posible.
Luego subimos por unas empinadas escaleras que daban a un maravilloso mirador del río y el Palacio Real de fondo. Aquí veis el mirador y Diego subiendo por las "escaleritas"
La decoración de la torre, si os fijáis bien, son trocitos de porcelana, que, según leímos, provenían de vajillas de porcelana china rotas, que dejaban las tripulaciones de los barcos cuando regresaban a su país cargados de mercancía tailandesa.
A continuación seguimos visitando el jardín y capillas que rodean el Wat.
Terminada nuestra visita, volvimos al muelle. Existe un servicio de ferry que conecta con la otra orilla, que es donde se sitúa el Wat Pho, el Templo del Buda Tumbado, de 46 metros de longitud!!
He de decir que este templo estaba lleno hasta la bandera de gente. Con la entrada te daban una botella de agua mineral (todo un detallado, porque hacía un calor de morirse!!) y había que hacer fila para entrar en el templo donde se encuentra el famoso Buda.
Luego, dando la vuelta al Buda, es decir, por la parte de la espalda, había como unos cuencos donde se iban depositando unas monedas. De hecho, cuando se entra en el templo, se oye ese sonido de las monedas caer, continuamente, y hasta que no pasas por ahí, no se sabe qué es!
Luego estuvimos visitando los distintos pabellones que rodean al templo principal.
En el Wat Pho existe una escuela de Medicina, donde dan clases de masaje tailandés y si se quiere, se puede disfrutar de uno (previo pago, claro) Me hubiese encantado probarlo, porque tienen fama de ser los mejores, pero aún nos quedaban cosas por hacer y visitar, así que no puedo certificar que su fama sea real (que seguro que si)
Después de la mañana de Templos, pensamos en ir a visitar el Wat Phra Kaew (El Templo del Buda Esmeralda), y de hecho nos pusimos en camino hacia allá. Pasamos por delante del Ministerio de Defensa
Pero vimos que, al estar al lado del Palacio Real, la logística para entrar suponía esperar y hacer cola, así que dimos media vuelta y nos fuimos a comer a un restaurante del muelle.
Yo me tomé un Bubble Thai tea, mi bebida favorita tailandesa!! Lo que veis negro es tapioca hidratada y el Thai tea está hecho con leche condensada. Está súper rico y es súper refrescante. Diego bebió esa especie de limonada radiactiva...
Antes de volvernos al hotel, pasamos por el mercadillo de antigüedades y amuletos de Buda, donde encontramos algunas cosas bastante interesantes y un anciano vendedor me ayudó a elegir los mejores amuletos.
Después de nuestras adquisiciones, volvimos al hotel de nuevo en el autobús fluvial
Por la tarde, aprovechamos la fantástica piscina de azotea que tiene. No tengo fotos porque no me llevé el móvil. En comparación con el hotel de Chinatown, las vistas no merecían para nada la pena, pero la piscina en sí está muy bien y es muy agradable darte un baño.
De noche, de nuevo cenamos por la zona y nos dimos una vuelta por Khaosan Road de nuevo.
Al día siguiente nos tocaba excursión a Ayutthaya. Iríamos en tren.... el mismo que nos dejó tirados cuando teníamos que ir al aeropuerto de Don Mueang... así que nos acostamos cruzando los dedos para que al día siguiente funcionase correctamente y pudiésemos llegar!!
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(C) 2018 Cristina Díaz del Campo
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