Como ya expliqué en los preparativos, nuestro vuelo Moscú-Bangkok fue una pesadilla. La llegada a Moscú fue gloriosa, cuando nos bajaron a pie de pista y nevando a -8 grados.... pero luego salimos tarde por las alas de avión congeladas y el servicio a bordo fue pésimo. A parte los demás pasajeros rusos iban de fiesta y ni dormir ni leches, con lo cual llegamos a Bangkok hechos polvo. La diferencia horario son 5 horas más, así que llegamos de buena mañana y con un calor importante
Ya que Bangkok fue nuestra entrada y salida del país, dividimos la visita en dos partes, dos días al llegar y 4 días antes de irnos (de los cuales uno utilizamos para visitar Ayutthaya) así que en total 5 días para visitar la capital.
Para ir del aeropuerto de Suvarnabhumi al centro cogimos el Skytrain, que es un metro que va por vías elevadas, dando a la ciudad un aspecto como de Gotham City de Batman! En concreto, la línea que cogimos es el Airport Rail Link. Es una manera súper práctica de llegar al centro porque en Bangkok, los atascos son impresionantes y un taxi puede demorar hasta dos horas para llegar al centro. Esta línea te deja en Phaya Thai, una parada muy cercana a Khao San Road, la zona mochilera por excelencia que nosotros visitaríamos en la segunda parte de estancia en Bangkok. Para esta vez, nos bajamos en la estación de Hua Lamphong (línea azul oscuro) y fuimos caminando hasta el hotel.
Mapa tomado de Google maps |
Para nuestra llegada nos alojamos en el barrio de Chinatown, el barrio chino, en concreto en el Hotel Royal . El hotel se encuentra en Yaowaraj Road, que es la calle principal de Chinatown y está muy cerca de todos los puntos turísticos del barrio que hay que visitar. Como Wat Traimit, que nos lo cruzamos mientras arrastrábamos las maletas hacia el hotel!
Somos unos campeones, llegamos sin necesidad de coger taxi, desde la estación del metro a patita con las maletas!
Este alojamiento lo dejamos pagado desde Madrid, peeeeeero cuando llegamos era muy pronto y nuestra habitación no estaba lista, así que dejamos las maletas en el lobby y ... a pasear!! Hacía mucho calor y yo, la verdad, no veía el momento de poder ir a la habitación a ponerme ropa fresca y unas chanclas! No tengo muchas fotos de estos primeros momentos por Bangkok y la verdad es que nuestras caras tampoco estaban para hacer fotos. Recorrimos un poco la zona, recuerdo que nos metimos por unos callejones con tiendas que vendían productos con olores fortísimos y muy raros que nos revolvieron el estómago...
Cuando ya volvimos al hotel y pudimos ir a la habitación fue un poco de coña.... no había ventana!!! Aunque la verdad, si la hubiese habido y diese a Yaowaraj, habríamos flipado con el ruido del tráfico. La habitación era como meterse en un túnel del tiempo, sin luz exterior, se perdía totalmente la noción de la hora y momento del día. En el cabecero había una luz con unas plantas artificiales como hiedras y la cama y el baño estaban muy bien, pero vamos, es un hotel que recomendaría para estancias cortas.
A pesar de nuestras enormes ganas de pillar la cama, hicimos de tripas corazón y, después de asearnos y ponernos ropa adecuada para el clima, salimos de nuevo a pasear y hacer tiempo para antes de irnos a dormir. de esta manera, cogeríamos el ritmo y horarios tailandeses. El primer día cuando uno llega a un país asiático es duro!! pero luego merece la pena para estar bien al día siguiente.
A pesar de nuestras enormes ganas de pillar la cama, hicimos de tripas corazón y, después de asearnos y ponernos ropa adecuada para el clima, salimos de nuevo a pasear y hacer tiempo para antes de irnos a dormir. de esta manera, cogeríamos el ritmo y horarios tailandeses. El primer día cuando uno llega a un país asiático es duro!! pero luego merece la pena para estar bien al día siguiente.
Lo que sí era una pasada del hotel era la azotea. De hecho, por la tarde subimos a tomarnos nuestras primeras cervecitas tailandesas, disfrutar de la piscina y un maravilloso atardecer
La cerveza Chang es súper popular en Tailandia, está muy buena!! Nos dimos un bajito en la piscina, disfrutando de las maravillosas vistas del sky line de Bangkok .
Por la noche nos fuimos a cenar por el barrio. De hecho, si no os alojáis en Chinatown, una visita nocturna para ver los neones de Yaowaraj y cenar por la zona es totalmente recomendable. El barrio vibra por la noche, hay ambientado y muchos sitios donde comer, desde restaurantes a puestos callejeros o locales más pequeños con mesas en el exterior. Todo muy bien de precio y riquísimo. Dejaos llevar por el olfato e intuición, allí donde hay mucha gente, echad un vistazo, puede merecer la pena!!
Nosotros elegimos opción local con mesas fuera. Si no sabéis usar palillos, en Tailandia no hay problema porque te ponen cubiertos (aunque recomiendo aprender, comer con palillos tiene su punto!!). La comida es muy barata en Tailandia, por supuesto encontraréis restaurantes de lujo si queréis, pero comer no tiene por qué convertirse en un apartado caro durante el viaje para nada.
Y aquí os dejo una foto de lo que contemplamos desde nuestra mesita donde cenamos.
A parte de la maraña de cables (que se ven por toda la ciudad!!) es un tío descargando hielo. Veis como también hay que tener precaución con el hielo de las bebidas?? Ni va en bolsas, ni el tío llevaba guantes ni na de na, el bloque directo a una carretilla!! Así que si queréis cuidar de vuestra tripita, fuera hielo!!!
Después de la cena nos fuimos al hotel. Serían como las 8 de la noche... Y caímos rendidos.... hasta las 10 de la mañana del día siguiente!!!!!
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(C) 2018 Cristina Díaz del Campo
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