El último día de un viaje suele ser un día tontorro... en nuestro caso lo pudimos aprovechar bastante bien, nuestro vuelo era nocturno, así que tuvimos toda la mañana para "turistar" y hacer las compras que nos faltaban.
Amaneció un día espectacular, después de los días nublados de atrás, pero no era momento de playa... Recogimos la habitación y nos guardaron las maletas en el lobby. Nos fuimos al centro, a Saara, a por un cargamento importante de Havaianas (que yo temí que fuera confiscado en el aeropuerto!) y más cositas brasileras para nosotros y la family.
Caminamos por Rua Uruguaiana y Praça Floriano y volvimos a comer en el Principe dos Galetos, esta vez con carnes a la brasa, riquísimo todo.
A la vuelta al hotel nos tomamos el último coco en un chiringuito de Copacabana, contemplando el océano...
y sus olas traicioneras!!!
Para ir al aeropuerto tomamos un taxi que nos llevó hasta allí. Tuvimos que salir con bastante antelación, el tráfico en Rio es importante y fue lo que nos recomendaron en el hotel.
Independientemente del tema de mi vacuna antirrábica (cuya odisea para completar la pauta de vacunación continuó en Madrid), el viaje no pudo ser mejor. Rio nos enamoró!
Es una ciudad que recomendamos visitar. Nosotros no tuvimos ningún percance, creemos que si uno es prudente y actúa con cabeza, no tiene por qué ocurrir ningún incidente.
Nosotros estamos deseando volver a Brasil, y lo haremos.... en cuanto podamos!!
GRACIAS POR SEGUIR NUESTRAS AVENTURAS EN
RIO DE JANEIRO!!!
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(C) 2019 Cristina Díaz del Campo
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